Hoy me gustaría empezar preguntándote: ¿Te resistes al cambio?
Muchas personas responden rápidamente a esta pregunta con un rotundo: ¡No!, de ésta forma salen al paso y siguen su vida en piloto automático. Recuerdo que yo siempre decía que no me resistía al cambio, pero era de la boca para afuera, porque lo que pasaba en mi vida era completamente diferente.
Así que hoy te voy a mostrar algunos patrones de conducta que muestran, como te resistes al cambio, aunque digas de la boca para afuera «que fluyes como el agua del río»:
– Permaneces enganchado/a en un mismo tema, incluso por años, revives y cuentas la misma historia como si la vivencia fuera sido ayer.
– Cuando aparecen oportunidades de nuevas experiencias en tu vida, primero imaginas que puede ser fatal para ti.
– Tienes la tendencia a quedarte en relaciones que hace rato sabes se han transformado en un sufrimiento y dejaron de ser un disfrute. Desde relaciones laborales, amigos, de pareja, o familia.
Resistirnos al cambio es resistirnos a nuestra propia evolución, es ignorar las demandas de nuestro cuerpo, nuestra energía y a lo que nos produce disfrute y bienestar.
-Evitas a toda costa participar en procesos que te inviten a la auto-observación poniéndote mil excusas, ante posibles buenas alternativas para tu mejora personal, desde interactuar con otras personas, conocer otras culturas sin juicios y el más común de los casos no asistir a psicoterapia porque crees que no es algo que tu necesites.
Espero hoy puedes reflexionar sobre las distintas maneras que te resistes al cambio.
Con cariño,
Solimar Vargas
Psicóloga – Coach Profesional
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