Por Solimar Vargas
«Yo no estoy en este mundo para estar a la altura de las expectativas de los demás, ni siento que el mundo deba estar a la altura de las mías» Fritz Perls.
Si señoras y señores, lo único que tenemos seguro colocando en otros altas expectativas, es la desilusión, el sufrimiento y resentimiento, pero resulta que el problema es nuestro cuándo queremos que las otras personas se comporten como nosotros deseamos.
Esperamos tanto de los otros que cuando se salen del «manuel de comportamientos esperados» nos decepcionamos y desilusionamos.
Asumir que los demás deben pensar y actuar como yo quiero, es uno de los principales generadores de problemas de salud mental y de conflictos.
«Nada más terrible para cualquier persona, que colocar sus proyectos, expectativas y emociones en manos de un tercero»
Cuando esas expectativas que hemos colocado sobre otros no se cumplen, entonces viene el sufrimiento; que consiste en la elección de colocar sobre otros nuestras posibilidades de avance, valoración y opciones de desarrollo personal, laboral o familiar. Y desde allí elegir no pasar la pagina y seguir atados a relaciones de dependecia emocional.