“Siempre aposté a mi fé y a mi control, llevo dos años así, o tal vez más tiempo pero soy consciente de que algo no anda bien desde hace 2 años, al principio cuando fui al médico en los distintos chequeos me dijeron que tal vez tenía golpes de adrenalina, mi amiga que es cardióloga me ha ayudado mucho, me hice todos los exámenes, me sacaron de madrugada al hospital pensando que tenía un infarto, resulta que no tenía nada. La última vez que me dio esta sensación fue mientras comía, ahora tengo miedo de comer porque creo que voy a sentir que voy a morir, no sé cuándo va a volver a ocurrir. Permanezco aferrada a mi fé y al agradecimiento de que la vida es buena conmigo, que no debería quejarme porque he tenido buenas oportunidades y tengo un gran compañero de vida. He venido porque he leído lo que escribes y me ha ayudado mucho, pero sólo sé que necesito aire, necesito volver a encontrarme, la verdad es que no me consigo”. Historia contada por una paciente con un cuadro de ansiedad. 

Edith Eger, en su libro la bailarina de Auschitz nos dice: “Cuando ocultamos a la fuerza nuestra realidad y nuestra historia, esos secretos se pueden convertir en traumas, la libertad implica la valentía de desmontar las celdas de nuestra propia prisión”

El principal problema es que descuidamos nuestra salud mental montando encima justificaciones como: “no debería quejarme”, “no debo seguir sintiéndome mal por eso”, “hay personas pasándola peor que yo en este momento”. No hay jerarquías de dolor y sufrimiento, no existe un gráfico donde puedas ubicar tu dolor en relación al de otros, por eso comparar o negar tu dolor hace comiences la construcción de las celdas de tu propia prisión. Si no nos damos el permiso de vivir nuestros dolores, heridas y vulnerabilidades estamos condenados a vivirlas por siempre, trayendo como consecuencia uno de los malestares más comunes de la actualidad: La Ansiedad. 

Vivir una vida sin ansiedad es posible, podría darte muchísimos métodos que he practicado en estos 13 años de experiencia como Psicóloga, incluso después de superar la ansiedad podrías armar una estrategia para seguir adelante una vida sin estancamiento. Pero en cualquiera de los métodos vas a necesitar los siguientes ingredientes: 

• Tomar la decisión de querer soltar los dolores y heridas emocionales que has guardado por años, (cada 10 segundos tienes ese poder en tus manos).
• No menospreciar o ignorar tu dolor.
• El compromiso de querer salir del victimismo y comprender que puede existir momento de la vida que están fuera de nuestro control y eso es victimización.
• Tener la valentía de querer desmontar las celdas de tu propia prisión. 
• La convicción de que las píldoras dan satisfacción momentánea pero no firmeza, paz y fortaleza a largo plazo.

En cualquiera de los casos te estaré acompañando a caminar una vida donde puedas liberar espacio en tu mente para sostenerte en paz y autonomía emocional.

Escríbeme un mensaje directo si en los próximos diez segundos te has decidido a vivir una vida sin ansiedad.