Autosabotaje: Cuando el enemigo eres tu mismo

En otras ocasiones hemos conversado sobre los caminos neuronales que transitamos para crear nuestras rutas de éxito, que la mayoría de veces es un camino inconsciente y por lo tanto también es inconsciente nuestras rutas neuronales para obtener el fracaso. 

 

También hemos hablado de que las personas que logran conocer y combinar sus códigos neuronales tanto de éxito como de fracaso, logran tener resultados diferentes y totalmente fuera del promedio de las personas en su entorno. 

Ejemplos sencillos los vemos en el área deportiva: Michael Jordan, Usain Bolt. 

¿Que los caracteriza a ambos? 

Altamente enfocados en el presente

Definieron una ruta para alcanzar sus metas.

Entendieron que la punta del iceberg que la gente ve, es solo unos segundos, que lo más relevante es el proceso vivido para llegar allí.

Desde su consciencia emocional pudieron darse cuenta que conductas les restaba rendimiento y trabajaron para sustituirlas por otras más productivas. 

La vida de estos señores está plagada de estrategias de programación neurolinguistica.

¿Pero crees que ellos no tenían auto-saboteadores? 

Por supuesto, el auto-sabotaje forma parte de los mecanismos de defensa de nuestra mente para evitar salir del rol cómodo, lo conocido y confortable. Recuerda que la mente humana es una máquina repetidora de hábitos, experiencias y personas.

La mente humana se adecua a los estímulos del entorno y crea reacciones según la cultura, contexto e historia familiar, uno de los autosaboteadores que más he encontrado en las sesiones individuales es la metacognición, pensar sobre tus propios pensamientos, creando en ese proceso agujeros para el escape de tu energía, pérdida del foco, abandono de tus acciones para lograr tus objetivos y cuestionarte las posibilidades de desarrollo personal o profesional comparandote con lo que otros han logrado en tu misma área.

¿Qué actividades te pueden ayudar a reducir la metacognición y en consecuencia el autosabotaje?

Yoga

Meditación 

Unirte a algún grupo de baile que te invite a poner foco en el aprendizaje de pasos específicos. 

Si ya lo has practicado  todo sin encontrar resultados, entonces es momento de hacerte acompañar con psicoterapia.

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